Un sistema de alimentación
ininterrumpida (SAI) es en esencia una fuente de alimentación complementaria,
pero su uso puede salvar situaciones realmente incómodas.
Los SAI (sistemas de alimentación
ininterrumpida) cumplen con una función esencial, sobre todo dentro de una
empresa cuyo sistema informático es básico para el funcionamiento del negocio,
una coyuntura que cada vez es más habitual, sin duda. Se trata de dispositivos
que cuentan con una fuente de almacenamiento energético propia, lo que les
concede autonomía frente a la red eléctrica. Esta autonomía se presta a un
ordenador cuando éste se queda sin el aporte eléctrico
necesario de forma repentina.
¿Cuántas veces no ha ocurrido que un
apagón eléctrico tira por tierra un buen rato de trabajo? Es cierto que estos
acontecimientos ocurrían antes con mayor frecuencia, pero la posibilidad de que
sucedan sigue presente. Los
SAI o UPS, por sus siglas en inglés
(uninterruptible power supply), constituyen un seguro ante circunstancias de
este tipo. Su misión es la de mejorar la calidad de la
electricidad que llega a nuestro ordenador o servidor.
Casi se puede decir que un SAI actúa
como catalizador de la corriente eléctrica, de manera que filtra los posibles picos de tensión y evita que
una máquina se apague cuando se corta la electricidad. No se trata de una
fuente de alimentación externa de larga duración, ésta no es la intención de
los sistemas de alimentación ininterrumpida, aunque es cierto que algunos
proporcionan una autonomía nada desdeñable (todo se paga, claro).
El objetivo de los SAI sencillamente es
facilitar un lapso de tiempo clave para que el usuario apague el ordenador o la
máquina correspondiente de forma adecuada. Así podemos guardar el trabajo
realizado, dar algunas órdenes si es necesario y cerrar el sistema sin
sobresaltos. Si se producen por causas internas, del propio edificio, los cortes de electricidad normalmente están ligados a la
instalación eléctrica, que falla debido a su antigüedad o a que no
funciona correctamente.
Los picos de tensión suelen estar
ligados a los apagones, pues cuando vuelve la electricidad (igual que cuando se
fue) lo hace incontroladamente y el estrés que esto provoca puede estropear la fuente de alimentación, incluso afectar a otros
componentes. La placa base o el disco duro están en el punto de mira
cuando el voltaje sube a más de un 110%, incluso al caer muy bajo también
pueden dañarse. Y esto es significativamente más problemático que sustituir la
fuente de alimentación o perder una porción del trabajo.
Un SAI se encarga de que esto no llegue a ocurrir. De
hecho, aunque su principal misión es la de servir de reserva energética,
algunos dispositivos pueden corregir la inestabilidad en la frecuencia o las
interferencias en la señal eléctrica.
Ven a visitarnos a Dolmenet Telecom donde te asesoremos que SAI necesitas para tu hogar o negocio.
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